Historia de los camiones pesados en Japón
En los años 80 y 90, Japón experimentó una tendencia de fabricar camiones con mecánicas V10 y V8 sin turbo que superaban fácilmente los 20 litros. En ese momento, la regulación de emisiones para estos vehículos era bastante flexible, lo que llevó a la fabricación de camiones de gran potencia y tamaño.
Desarrollo de camiones pesados en Japón
En 1994, se presentó una versión de camión altamente resistente, potente y confiable que rápidamente se convirtió en un éxito en la gama de camiones pesados y medianos de Japón. Estos camiones utilizaban mecánicas colosales, como el bloque diésel V8 biturbo con 16.7 litros que erogaba 560 caballos de potencia.
Posteriormente, en los años 80, el fabricante japonés notó un aumento en las ventas de vehículos pesados y decidió lanzar un camión imponente y seguro, apto para trabajar en condiciones desafiantes en cualquier parte del país. Este camión contaba con un gigantesco bloque V10 de 26.5 litros y 520 caballos, ofreciendo un rendimiento impresionante.
Avances en tecnología y potencia
En los modelos posteriores, se continuó buscando el desempeño requerido por los clientes, fabricando camiones que satisficieran sus necesidades. Se desarrollaron camiones con habitáculos confortables, tecnología avanzada y mecánicas realmente potentes, como el V8 con doble turbo que entregaba 550 caballos a 2.000 revoluciones por minuto.
En 1997, se fabricó el camión con el motor más grande de Japón, el bloque diésel 10 TD1, con una capacidad de 30 litros o 30.390 centímetros cúbicos, inyección directa, 40 válvulas y una potencia máxima de 600 caballos a 2100 revoluciones por minuto.
Japón ha sido un país pionero en la fabricación de camiones pesados con mecánicas potentes y de gran tamaño, adaptándose a las regulaciones y necesidades del mercado para ofrecer vehículos seguros, confiables y de alto rendimiento.